La supervisión es fundamental, sobre todo en el caso de los niños más pequeños, tanto si juegan en el patio como si participan en actividades organizadas. Fomentar hábitos saludables, como una nutrición adecuada y dormir lo suficiente, ya que contribuyen al bienestar general y a la resiliencia. Al fomentar un entorno seguro y enseñar a sus hijos los riesgos potenciales, les capacita para tomar decisiones informadas que contribuyan a su propia seguridad.